¿Es verdad que a los jóvenes no les gusta leer?

Autora: Victoria Romero
Leer es una de las cosas más importantes que un ser humano puede ser, te adentras a miles de mundos y vives mil vidas con solo pasar páginas, además puedes conocer personas reales que vivieron antes que vos y aprender sobre sus vidas y las trágicas o gloriosas vidas que vivieron, y ni hablar del de las cuestiones políticas y sociales que te encuentras. La cuestión es cuando la gente no quiere experimentarlo, muchos dicen que los jóvenes son reacios a la lectura, ¿será verdad?

Desde finales del siglo XIX, se ha enseñado a los chicos a leer a los grandes autores que han influenciado en nuestra sociedad occidental. Muchas escuelas han impulsado el interés de los chicos por leer clásicos y entenderlos según su nivel de comprensión y edad. Los que están a favor de esto argumentan que es bueno para los adolescentes leer estos tipos de libros porque enriquecen y les hace abrirles la mente a nuevas posibilidades. Como dice Calvino Ítalo, “constituyen una riqueza para quien los han leído y amado” (Por qué leer los clásicos, 1993, p. 2). Lastimosamente, en los últimos años se ha visto un gran declive en el interés de los adolescentes por la lectura de clásicos, y de la lectura, en general.

Un desafío que se enfrentan la mayoría de los profesores es lograr que sus alumnos se interesen por la lectura en primer lugar, no es fácil que un chico que nació en la era digital y está expuesto constantemente a la sobreestimulación de las redes sociales, esté interesado en leer un libro de más de 200 páginas que hable de un solo tema, en vez de ver videos de cualquier cosa en menos de dos minutos en plataformas como lo es Tik Tok. Como dice Jean Twenge, catedrática de Psicología de San Diego State University (Estados Unidos), “la cultura visual y la comunicación abreviada suelen impedir que desarrollen las habilidades imprescindibles de lectura y escritura” (iGen: por qué los chicos superconectados están creciendo menos rebeldes, más tolerantes, menos felices y completamente inmaduros, 2017).

Ahora más que nunca se está viendo en los colegios la falta de interés por los libros, y en especial, si son los clásicos. Esto también se debe a que la lectura es asociada a lo educativo, algo que se ve en una materia más de tantas que vemos en la secundaria. Mientras que la computadora, celular o videojuegos están asociadas a la parte divertida fuera del colegio. El desafío de las escuelas es lograr quitar la percepción que tienen los alumnos y que puedan ver lo bueno de los libros, que no es nada más estudiarlos, sino también divertirse al leerlos.

Una tarea difícil considerando las altas horas que pasan los alumnos revisando sus redes sociales o jugando videojuegos, Twenge (2017) dice que los adolescentes prefieren usar su celular en sus tiempos libres que leer un libro. Eso llegó hasta las aulas, ya que los chicos usan más su celular para encontrar las respuestas rápidas en Google que tomarse su tiempo en buscar la respuesta de un libro.

El problema que se puede encontrar en ellos es que muchos adolescentes no están capacitados, ya sea por su falta de conocimientos o de compresión lectora, de leer libros de tal magnitud. Es por eso por lo que Navarro Rosa (2013), catedrática de Literatura Española de la Universidad de Barcelona, en su ensayo sobre La salvación de los clásicos: adaptaciones fieles a la original, explica que es necesario adaptar los clásicos según su nivel de compresión y capacidad lingüística para que puedan entenderlo sin que les cueste tanto, aunque la idea no es cambiar la esencia del libro, sino adaptarlo acorde a la capacidad del lector.

Rosa Navarro, a lo largo de los años, ha hecho un gran trabajo adaptando clásicos como lo son La Odisea, El Cantar del Mio Cid o El Quijote. Han funcionado en tantos colegios y los chicos se animaron a leerlos, y lo que es más importantes lo disfrutaron.

Al adaptar los libros a la clase estás abriendo las ventanas para que algún día quieran lanzarse a leer el libro original, como dice Calvino “Toda relectura de un clásico es una lectura de descubrimiento como la primera” (p. 2). La escuela te impulsa a dar el primer paso y a medida que los chicos van creciendo, se van a acordar de todo lo que aprendieron en el colegio y lo van a poder aplicar en sus lecturas. O leer a otros autores, como lo explican Dueñas José Domingo y Taberno Rosa (2013), que la idea es que los chicos no solo tengan una aproximación a los clásicos sino que luego puedan leer a otros grandes autores y los textos importantes de la literatura.

Es muy importante que se enseñe el contexto en que fueron escritos todos los libros que se lean y sus autores, es imposible leer algo de hace muchos años sin saber las circunstancias en que fueron escritas y la sociedad de esa época. Calvino también habla de eso, él dice que es muy difícil entrarle a un libro sin tener bibliografías críticas, ensayos e interpretaciones (p. 3).  En especial, si eres un adolescente que no tiene mucha idea de historia, incluyendo la economía y política de la época y lugar del relato. Y si tenemos en cuenta, que estos clásicos llegaron a hacer lo que son hoy en día, porque muchos contienen fuerte crítica social y política, que sin una guía a cualquiera es complicado de entender completamente de lo que va. A la vez, se explica que estilo de escritura estaba de moda en esa época y las características de los movimientos ideológicos de las épocas en que el autor escribía, por ejemplo, no es lo mismo un autor del romanticismo que un autor de la ilustración.

El maestro también tiene que enseñarles a los alumnos que sin la lectura constante es casi imposible alcanzar a pensar críticamente, lo dice la autora de IGen “Leer textos extensos, como libros y artículos de revistas, es realmente importante para entender ideas complejas y desarrollar habilidades de pensamiento crítico” (Twenge, 2017). Los clásicos son lo que son hoy en día porque fueron textos capaces de extraer mensajes importantes, analizarlos con profundidad y lograron hacer pensar al lector inseminando ideas en su mente que le quedan para toda la vida. Lo más probable es que con una revista, un video de Tik Tok o las series de Netflix se olvide todo lo que se vio y ningún dato útil o ideas complejas te hayan quedado, solo la perdida de tu tiempo.

Y no solo es tarea del maestro, sino también de los padres, como dice Willingham Daniel (2015) “Si le está pidiendo a su hijo que lea, y usted se pasa el tiempo en Instagram, ¿por qué se tomarían eso en serio?” (Raising Kids Who Read: What Parents and Teachers Can Do). No se puede esperar que un chico quiera leer si desde casa no se le da el ejemplo, muchas de los actitudes y personalidad del adolescente son causa de lo que los padres inculcan, no todo recae en el trabajo del maestro.

Los libros te puedan dar más de lo que cualquier otro medio te pueda ofrecer y algunos dicen que los jóvenes no lo entienden. Las criticas sociales a épocas que nunca conociste y la inmensidad de nuevas palabras que vas aprendiendo es increíble. Otra vez citando a Calvino, “es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él” (p.4). Un buen libro te deja un mejor sabor en el estómago que mil horas viendo una pantallita.

Aunque, yo no considero que los chicos leen menos, sino que ahora que estamos en la era digital los chicos tienen otras herramientas, además de los libros, para leer, como son las redes sociales o revistas. Antes los seres humanos, solo leían a través de libros, periódicos o cartas, y se consideraba un pasatiempo digno. Ahora, con el avance de la tecnología que facilitó la vida de las personas, tenemos otras maneras de leer, los jóvenes se están criando con leer subtítulos de películas, las indicaciones de los videojuegos, tweets, artículos encontrados en Google, etc, y no está bien visto. Se está expuesto más a la lectura más que nunca, siempre se está leyendo algo, aunque sea chiquito.

Y muchos lo argumentan porque estadísticamente, la mayoría que compran los libros son adultos mayores y no jóvenes adultos, pero esto se debe a que los jóvenes no compran por dos razones: la mayoría del contenido en palabras lo leen por sus dispositivos electrónicos y los libros están muy caros para poder estar comprándose todo el tiempo libros. Los jóvenes no tienen los recursos que los adultos si, muchos están estudiando, no trabajan y no tienen la suerte de tener padres con plata, si consideramos los elevados costos de los libros.

Los adultos no conocen mucho sobre las nuevas tecnologías y no comprenden porque son tan importantes para la vida de los jóvenes, que siempre buscan la manera de criticar todo lo que gusta a los jóvenes, al nacer en otra generación no entienden como los chicos les gusta tanto leer en sus celulares y computadoras. [1]

Lo que sí que estoy de acuerdo, es el tipo de contenido que los chicos leen, no es lo mismo leer tweets sobre el racismo que leer un libro entero hablando de ello. El contenido es mucho más extenso y complejo, pero no por eso los tweets son menos importantes, ya que las redes sociales han sido esenciales para el conocimiento de temas que solo se enteraban la clase alta porque eran los únicos que podían pagar un libro o un periódico y tenían el tiempo para informarse y leer. Los jóvenes tienen una mayor idea de lo que ocurre alrededor del mundo por las redes sociales, debido a la inmensa cantidad de información que se lee a diario.

Si los chicos tienen menor interés por la lectura, ha sido por la imposición de las escuelas en obligar a leer textos muy complejos a los chicos que no entienden y, por ende, encuentran aburrido. No puedes esperar que un niño toque bien una sonata de Mozart si primero no sabe tocar bien estrellita estrellita, así mismo es con la lectura, tienes que enseñar libros más fáciles de comprender para que luego quiera atreverse a leer a los grandes autores [2]. Muchos chicos no te leen un cuento infantil y esperan a que lean La Ilíada.

Además, muchos de los libros que nos obligan a leer son libros con contenido tan complejos que a los 15 años prefieres hacer otras cosas que leerlo. Si en las escuelas nos mandaran a leer libros más acordes a nuestra edad, los chicos estarían más interesados en ello. Como dice Neil Gaiman (2013), que es un autor de libros y comics de fantasía que ha vendido muchos libros alrededor del mundo,

“Un adulto bien intencionado puede destruir el amor por la lectura de un niño con mucha facilidad: no permitiéndoles leer lo que disfrutan; intentando darles libros “respetables” pero aburridos; el equivalente del siglo 21 a la literatura “edificante” victoriana. Acabaremos con una generación convencida de que leer es muy poco guay y, peor aún, de que leer resulta desagradable” (Conferencia en Reading Agency).

Él es un autor muy querido por los jóvenes, el que escribió éxitos como “Coraline” o “Stardust”, y si él pudo hacer que chicos tengan el interés por leer, ¿por qué los colegios no pueden hacerlo? [3]

Muchos dicen que la lectura es situarnos frente a un texto escrito y decodificar el mensaje que nos quiere transmitir el autor. Pero si la lectura no está acompañada de interés, nada sirve [4]. El interés es el que nos hace querer seguir pasando las páginas. 

Si a los chicos les ofrecemos libros fáciles de digerir, con llamativas tramas, esos libros fáciles podemos lograr que les gusten y los absorban con mayor facilidad, y algún día lograremos que lean libros más complicados y que necesiten mayor concentración [5]. Puede que algún día sean chicos más dedicados a la lectura. Se tiene que sembrar primero para que de allí salga una flor [6]. Por ejemplo, mandarles a leer fantasía para niños como Harry Potter, para que algún día puedan leer y disfrutar David Copperfield de Charles Dickens.

Otra cuestión que no toman en cuenta es que hay tanta oferta de libros que para un joven es muy difícil empezar a leer y escoger de todo ese abanico de libros con distintos géneros cada uno, los chicos suelen estar abrumados porque hay tanto para escoger y tampoco saben que libros son aptos para su edad y fáciles de leer para un principiante.

Tampoco hay que olvidar que gracias a la invención de las redes sociales, se ve una mayor promoción de los mismos jóvenes, ya que la mayoría de los usuarios son de esa edad, el consumo de literatura, desde los bookstagramers, booktubers hasta los bootokers, que día a día suben contenido dirigido a chicos de su misma edad o más chicos sobre libros desde contemporáneos hasta los mismos clásicos, y ha funcionado más que los intentos de los colegios por lograr que lean. Al estar la promoción en redes sociales, no lo ven como algo aburrido, sino como algo fácil y divertido. Si todos lo están haciendo, ¿por qué yo no? Es una cuestión de sentirse incluido, conocer gente que lea igual que vos y lea los mismos libros igual que vos, te hace sentir parte de una comunidad, y lo que más desea un adolescente en sentirse comprendido y parte de un grupo.

No solo eso, el hecho que desde muchos años la lectura esté ligada a lo `nerd´ y lo `freak´, en parte por la agenda de Hollywood en ridiculizar a lo nerd en sus películas, todo el que lea es un rarito y aburrido. Un chico se cría con esas ideas y, naturalmente, se siente mal por los gustos que tiene, y si lo sigue haciendo, lo oculta. No fue hasta reciente años que el habito de leer se les da a adolescentes `cool´, como lo vemos en Maeve Wiley de Sex Education (2019- ?) que le gusta leer literatura feminista al igual que Audrey Hope del reboot de Gossip Girl (2021- ?), o Rory Gilmore de Gilmore Girls (2000-2007) que le encantan los clásicos, al igual que unos de sus novios, Jess Mariano [7].

Las plataformas como Wattpad o Webtoon, han sido clave en la introducción a la lectura de los jóvenes, cada vez vemos más chicos que se interesaron por leer luego de descargarse esas aplicaciones y leer unos cuantos libros que salieron de ahí. Esas aplicaciones brindaron una oportunidad a tantos chicos de leer historias gratis y de subir sus propias historias sin ser juzgados. Porque ese es otro tema, muchos chicos tienen de miedo a publicar sus propias historias por los crueles que son los adultos, que no consideran que todavía son jóvenes que están tratando de encontrar su estilo de escritura y su propio camino.

Los tiempos están cambiando y las herramientas y medios que teníamos para leer no son los mismos que ahora, puede que nos parezca que leer a través de un dispositivo no es lo mismo que leer en físico y que esta guerra entre adultos y jóvenes luzca interminable, pero lo que si sabemos es que la lectura siempre ha acompañado al ser humano y es una manera de expresión del ser humano, venga en la forma que venga. Y, debemos alentar a la gente, sean jóvenes o los mismo adultos, a disfrutarla.

 

 

Referencias bibliográficas

Calvino, I., 1993. Por qué leer los clásicos. Barcelona: Tusquets.

Twenge, J. M. 2017. iGen: por qué los chicos superconectados están creciendo menos rebeldes, más tolerantes, menos felices y completamente inmaduros. Atria Books.

Montero, R. 2013. La salvación de los clásicos: adaptaciones fieles a la original.

Dueñas Lorente, J.D. y Taberno Sala, Rosa. 2013. Los clásicos en el aula. Una propuesta: hipertextualidad y contexto histórico. Grupo ELLIJ.

Willingham, David. 2015. Raising Kids Who Read: What Parents and Teachers Can Do. Jossey-Bass.

Duthie, E. (2013, 23 de octubre). Neil Gaiman: Tenemos la obligación de leer en voz alta a nuestros hijos, de poner voces. Lo leemos así. https://loleemosasi.blogspot.com/2013/10/neil-gaiman-tenemos-la-obligacion-de.html

 

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